Los
trastornos alimentarios no tienen una sola etiología determinada, al hacer una
evaluación detallada se pueden encontrar involucrados factores genéticos,
ambientales, conductuales, emocionales y orgánicos (gastrointestinal,
neurológico, cardiológico, respiratorio, endocrinológico, nefrourológico,
psiquiátrico, entre otros).
Varios factores en el desarrollo del niño
tienden a converger en la mayor o menor conexión que éste tiene con las
sensaciones de hambre y saciedad. Afortunadamente estos factores son
susceptibles de modificar a lo largo de la vida del niño .
"Finger foods"
El uso de
alimentos y sus presentaciones de manera tal que sean fáciles de explorar y
manipular por el niño, favorece la aceptación de una mayor variedad de
alimentos además de fomentar la autoalimentación precoz. La introducción de
diferentes alimentos de todos los grupos alimentarios, de textura suave,
fáciles de masticar o bien crujientes y disolvibles, estimulan la alimentación
independiente y ayudan al niño a conectarse precozmente con su percepción de
hambre y saciedad. Muchas veces pretendemos pasar bruscamente desde la fase en
la cual el niño es alimentado pasivamente a, la del uso de los utensilios, sin
permitirle tocar o manipular los alimentos, con la consiguiente dificultad,
frustrando tanto al padre como al niño, y regresando muchas veces a la etapa
del puré.
La
influencia de los padres, cuidadores y pares
Estudios
observacionales han mostrado que los niños aprenden a aceptar ciertos alimentos
por observación directa de personas cercanas. El rol modelador de la familia es
clave. Actualmente, es cada vez menos frecuente que el lactante
y/o preescolar participe diariamente en la mesa familiar, lugar en donde
debiera tener la oportunidad de interactuar con sus padres y/o hermanos y de
adquirir hábitos saludables.
Limitar
calorías líquidas
Es altamente
recomendable permitir al niño explorar sus alimentos y facilitarle una dieta
fácil de ser manipulada, ofrecerle una segunda cuchara mientras es alimentado y
en un siguiente paso, considerar el primer período de la comida para que el
niño explore e intente comer por sí mismo, para finalmente sólo ser supervisado
a las horas de comida.
Es tarea de
los pediatras educar y guiar a los padres y cuidadores en las distintas etapas
del desarrollo, a fin de lograr establecer un patrón óptimo de alimentación,
que se traduzca en una relación sana y natural con la comida, reconociendo y
respetando las sensaciones fisiológicas de hambre y saciedad.
- Formato Documento Electrónico(APA)
BRAVO J, PAULINA, & HODGSON B, M. ISABEL.
(2011). Trastornos alimentarios del lactante y preescolar. Revista chilena
de pediatría, 82(2), 87-92. Recuperado en 03 de diciembre de 2014,
de http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0370-41062011000200002&lng=es&tlng=es.
10.4067/S0370-41062011000200002